viernes, 20 de mayo de 2016

Seat Porsche 984: ¿qué hay detrás del System Porsche?

Seat Porsche 984


En los 80, Seat publicitó hasta la saciedad la colaboración con Porsche, que se encargó de diseñar los motores para el Ibiza, el Ronda y el Málaga. Este proyecto que finalmente no se materializó es uno de los secretos mejor guardados de la firma española y bien pudo cambiar su historia. Se trata del Seat Porsche 984.





Hay cosas que se consienten a la hora de releer la Historia, pero lo que jamás se permite es hacer un ejercicio de ficción, eso que suele ir justo detrás del qué hubiera pasado si... Sin embargo, cuando aparecen nuevas e inverosímiles pruebas, suele hacerse necesario reescribir algún que otro renglón. Este es el caso del hasta ahora secreto proyecto del Seat Porsche 984.

En un hangar de Stuttgart, entre la colección de reliquias que Porsche guarda sobre toda su tradición y que en su día decidió no mostrar en su espectacular museo, hay un prototipo que pudo ser un capítulo completo de la historia de Seat.

Seat Porsche 984
Porsche 984. La marca de Stuttgart denominó así el proyecto, siguiendo su habitual nomenclatura, por ser 1984 el año de su inicio.

Prácticamente nadie en Martorell recuerda haber oído hablar de cierto proyecto en el que se estuvo trabajando con la marca alemana, en los 80. 

Una bomba atómica

Este vehículo sencillamente te hace quedar petrificado, cuando descrubres sus bondades, 
Descubriendo un dossier completo del Proyecto del Seat Porsche 984, que pasó a ser el Porsche Junior tras abandonar Seat la idea, a lo largo de 1985, se puede apreciar que el valor de este documento es tan grande como el del mismo prototipo. Los resultados de la colaboración en las mecánicas System Porsche del Ronda y del Málaga, los primeros modelos de la Seat independizada de Fiat, pero que usaban gran cantidad de componentes italianos, fueron muy provechosos y dotaron a Seat de una notoriedad y credibilidad inmediatas. En aquella época, Porsche y Seat no podían ser dos compañías más distintas.

Seat Porsche 984
Las prestaciones habrían superado a las de la mayoría de sus rivales gracias a su diseño altamente aerodinámico.

En Martorell, buscaban un nuevo cónyuge industrial –en la prensa de la época se llamó matrimonio a la relación que habían tenido con Fiat- para asegurar el futuro, hasta que en diciembre de 1985 se anunció que sería Volkswagen. Mientras, Porsche no atravesaba su mejor momento, pero en Stuttgart bullían los planes propios y para otras empresas, con los que una década después acabarían siendo la marca más rentable del mundo.

No pudo ser

Cuando Seat les propuso trabajar en un deportivo biplaza aprovechando el máximo número de piezas propias posible, el encargo no podía ser más complejo. Era agosto de 1984 y en Seat solo se disponía de la carrocería que había creado Giugiaro para el Ibiza I y los motores de inyección de desarrollo Porsche, pero la experiencia en tracciones traseras o integrales y otras exquisiteces era nula.
No había dinero para acometer tal proyecto –la inversión rondaba los 120 millones de marcos, unos 250 millones de euros- en Martorell, así que se optó por empezar a trabajar en algo más sencillo: el Ibiza Cabrio, que se encargó al carrocero American Sunroof Company, un proyecto que tampoco llegó a cuajar, pero que al menos sí dejó un precioso prototipo en la nave-museo de Seat.

Porsche Junior interior
El habitáculo del Porsche Junior, con los cinco relojes del cuadro de mandos típicos del Porsche. Todo plásticos de un horrendo color burdeos, pero aún así, a años luces de los salpicaderos que ofrecía la marca española por entonces.

Probablemente y aunque pese a los aficionados, las decisiones que se tomaron entonces aseguraron la supervivencia de la marca española. Los alemanes siguieron desarrollado el Seat Porsche 984 unos meses, pero hasta que llegó el Boxster, casi diez años después, tampoco la situación económica permitió a Porsche hacer apuestas arriesgadas.

Así fue cómo el Porsche Junior terminó en un cajón, aunque a lo mejor algún día deciden rescatarlo, al menos en espíritu, porque ahora que está a punto de lanzarse el Cajun, que es un Cayenne pequeñito, la idea de un 'baby Boxster' no parece tan descabellada.

Los puntos importantes del dossier del 984

Cuando Seat abandonó la idea de fabricar el vehículo concebido por Porsche, la marca alemana prosiguió un tiempo su desarrollo. La idea era fabricar un deportivo de menos de 150 CV, pero muy ligero -820 kg- y aerodinámico, con tracción trasera y que se pudiera comercializar por unos 35.000 marcos, alrededor de 68.000 euros de hoy.

  • En un principio se trataba de una colaboración con Seat para emplear el motor de 1,5 litros fabricado por Porsche (número de referencia 970/11). El empleo del mayor número de piezas posibles de Seat debía hacer posible un deportivo pequeño y económico.

  • Desarrollado a partir del trabajo iniciado para el Seat Junior (número de referencia 970/30), así se creó el ‘concept’ Seat Porsche 984. Incluye las propuestas de prototipo realizadas hasta entonces y el pliego de condiciones.

  • La posibilidad de equipar el vehículo con tracción integral documenta el alto nivel técnico al que se aspira y es un requisito para su empleo posterior en el mundo de las competiciones de motor.

  • La versión final del código 984 se sometió a pruebas comparativas en el túnel de viento.

  • El desarrollo se suspendió en octubre de 1987 y el prototipo se desguazó.

¿Dónde está el archivo de Porsche?

Porsche ha ‘escondido’ durante décadas buena parte de su extensa colección, que se engrosa a un ritmo de diez modelos cada año. Como todo no cabe en su espectacular, pero relativamente pequeño museo de Stuttgart, decidieron trasladar todo su repertorio de modelos históricos a un gigantesco hangar situado a 3 km de su sede histórica. Podemos adelantarte que de ahí emergió el prototipo Seat Porsche 984, una reliquia 100% Porsche que pudo cambiar el ADN de Seat para siempre. En el archivo del museo guardan la documentación.

¿Qué fueron los Seat System Porsche?

En los 80, Seat publicitó hasta la saciedad la colaboración con Porsche, que se encargó de diseñar los motores para el Ibiza, el Ronda y el Málaga, ya que no podían usar los de licencia Fiat. A pesar de que el encargo se las traía, puesto que se debían poder montar con el utillaje que había en Martorell, los concienzudos alemanes dotaron a estas mecánicas de inyección electrónica.

Seat System Porsche

El acuerdo le dio credibilidad al proyecto, que entonces reiniciaba Seat. Además del lema sobre los motores, se hizo gala de “la pasión por la tecnología en colaboración con los mejores especialistas para armonizar las exigencias de economía y diseño, con la línea más bella”, decía uno de los anuncios.

2 comentarios:

  1. Muy interesante post sobre el Porsche hispano-alemán que pudo ser y no fue. ¡¡¡Buen hallazgo!!!

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  2. Gracias, me alegro que te halla gustado. Sinceramente es una pena que el proyecto no fuera hacia delante.

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