El reciente lanzamiento del Mercedes GLA, con una estética similar a la de los exitosos Clase A yalejada de las proporciones habituales de un SUV pero con un posicionamiento como tal, han revolucionado el segmento de los SUV compactos premium donde el Range Rover Evoque era, hasta hora, el modelo faro y donde coches como el BMW X1 y el Audi Q3 apostaban por un enfoque más funcional y familiar que el del Range Rover, abiertamente orientado al diseño.
Para ver si el GLA era capaz de poner en aprietos a sus rivales, decidimos enfrentarlos en un comparativo donde los probamos tanto en asfalto como en tierra. Además, y aunque sabemos que las versiones 4x2 se llevan la mayoría de ventas, no resistimos la tentación de elegir versiones con tracción integral y motores diésel en una horquilla entre los 170 y los 190 CV. El resultado es este comparativo que os ofrecemos en video y en el texto que sigue.

Debajo del capó de estos cuatro modelos que enfrentamos se alojan potentes motores diésel con potencias comprendidas entre los 170 y los 190 CV, además todos ellos cuentan con cambio automático y tracción a las cuatro ruedas. Son coches pesados, todos ellos superan los 1.500 kg de peso y es por esto que nos hemos decantado por este tipo de mecánicas pensando también en lo que buscaría un posible comprador, es decir, una cierta agilidad y disfrute al volante.
Estas configuraciones nos permitirán evaluar cada uno de estos apartados e intentar sacar una conclusión en claro al final. Veremos qué motor nos convence más tanto por prestaciones como por funcionamiento, qué cambio nos parece más efectivo y el comportamiento general del coche en carretera abierta, en circuito para rodar rápido y encontrar sus límites y posteriormente en tierra. Antes de entrar valoraciones personales vamos a hacer un repaso a la mecánica de cada uno de ellos para ir conociéndolos un poco y así hacernos una primera idea de qué nos puede ofrecer cada uno.




En vías rápidas

El Evoque es el claro ejemplo de lo que os acabo de comentar. Sin lugar a dudas es el más confortable de los cuatro en vías rápidas y cuando se adopta un tipo de conducción normal y relajada. La configuración del chasis, con un cierto matiz que nos recuerda ligeramente al de un todoterreno sobre todo por las suspensiones se antoja correcto para este tipo de vías.

El Audi Q3 es quizás uno de los más equilibrados de los cuatro. Cierto es que no es un modelo que destaque enormemente en ningún punto, pero realmente tampoco defrauda. Nos ha gustado especialmente su compromiso entre el confort y el dinamismo. El motor cumple sin grandes dosis de emoción y como de costumbre la caja de cambios S tronic nos ha parecido un gran acierto. Su gestión es suave, sin apenas tirones, y el escalonamiento de las marchas está muy bien realizado.

Por su parte, llevar el Mercedes GLA, es lo más parecido a conducir un turismo. Es como si los ingenieros de la marca hubieran cogido un Clase A, le hubiesen elevado un poco la carrocería y lo hubieran hecho unos centímetros más grande. Además, el paquete AMG que monta opcionalmente rebaja otros 15 mm su altura respecto al convencional. En cuanto a comportamiento dinámico no es tan diferente al del compacto, lógicamente su mayor peso y el no disponer de tanta estabilidad como éste le resta puntos, pero su vocación asfáltica queda patente desde el primer momento que empezamos a conducirlo. Es cómodo, las suspensiones ligeramente más firmes que en los dos modelos anteriores y la postura de conducción más baja nos lo confirman.

El motor tiene buenos bajos y permite estirarlo con ciertas garantías sin perder mucha potencia en la parte alta del cuentarrevoluciones cercana a la zona roja (siempre teniendo en cuenta que se trata de un diésel). Para terminar, el tacto de la dirección también ha sido uno de los que nos ha gustado más.

Con diferencia es el más dinámico de los cuatro, a la vez que también es el más divertido de conducir si nos apetece “desmelenarnos”. La excelente puesta a punto del chasis, tanto en el apartado de la dirección, con un aumento de la rigidez según la velocidad muy bien logrado, como en los frenos, que aguantaron estoicamente durante toda la prueba, así como unas suspensiones con un tacto bastante firme desemboca en una grata sorpresa que nos llevamos al rodar rápido en Castellolí.
El motor empuja con fuerza durante un amplio rango de revoluciones y el cambio se percibe rápido y con un buen criterio a la hora de cambiar según las circunstancias. Con las ayudas desconectadas es divertidísimo de llevar por los constantes sobreviarjes que se producen curva tras curva. Lógicamente no tomamos tiempos de vuelta porque no era lo que nos interesaba, pero sin referencias que lo desmientan posiblemente también fuera el más rápido de los cuatro.
COMPORTAMIENTO FUERA DEL ASFALTO

El Audi Q3, el Range Rover Evoque y el Mercedes GLA son coches basados en plataformas originalmente concebidas para vehículos de tracción delantera. Por ese motivo, el envío de par al eje trasero se produce mediante un embrague de láminas (lo que se ha dado en llamar de tipo Haldex, sea o no fabricado por la empresa de tal nombre) que, al detectar que el eje delantero no será capaz de asumir la potencia que le llega del motor, reparte ésta entre ambos ejes. En el caso del Range, además, el sistema funciona en modo 4x4 repartiendo el par entre ambos ejes hasta superar los 35 km/h. Entonces, se convierte, como el Audi y el Mercedes, en un tracción delantera hasta que la electrónica considera que hay que enviar par al eje posterior.
En el BMW sucede lo mismo pero con la salvedad que el suyo es un chasis concebido inicialmente como de propulsión al eje trasero, de manera que es el delantero el que asume la potencia que el trasero no pueda gestionar.




Cuando la pista se complica y nos enfrentamos a pequeños franqueos, el Evoque emerge del lote y se sitúa claramente por encima del resto. El Range es el único que cuenta con un sistema de control de tracción que se adapta al tipo de terreno por el que circulamos. Sus tres rivales alemanes cuentan con programaciones específicas para off-road de los sistemas de control de tracción y del ESP que permiten ligeros deslizamientos de las ruedas antes de intervenir pero no tienen el Terrain Response, que adapta el funcionamiento de la electrónica en función de si circulamos sobre superficies muy deslizantes como el barro o la hierba mojada, sobre arena, sobre hielo o sobre rocas. El Evoque no tiene reductora –ninguno la tiene- ni una primera corta que la supla –tampoco es el caso en sus rivales- pero tiene la mejor altura libre, los mejores ángulos de ataque y salida, los mayores recorridos de rueda y la electrónica más eficaz.

El BMW y el Audi están en un término medio. El X1 tiene peores ángulos pero mejora al Mercedes mientras que el Q3 está un poco por encima de sus dos rivales alemanes gracias a la mayor elasticidad de la suspensión y a unos ángulos mejores de lo que parece a simple vista.
En definitiva, para los que vayan a enfrentarse a pistas complicadas, Evoque sin dudarlo, para los que vayan a hacer algo de pista de vez en cuando, el Evoque también o el Audi y el Mercedes y el BMW para los que sólo vayan a circular de manera muy ocasional por pistas en buen estado, algo que, dicho sea de paso, también puede hacerse con cualquier turismo convencional no muy rebajado y con tracción integral.
ANÁLISIS DE LOS HABITÁCULOS

El habitáculo del Range Rover Evoque ha hecho méritos de sobra para convertirse en el mejor de este comparativo. Y lo es por ofrecer el conjunto más equilibrado entre puesto de conducción, plazas traseras y maletero (al fin y al cabo es el más amplio de todos); pero también por ser el único en el que se respira un aire de verdadero lujo. Ninguno de sus rivales llega a causar una impresión cercana a la que nos dejó el modelo británico.
Sentarse al volante del Evoque es un deleite para los sentidos. Su elegante diseño interior, junto con la luminosidad del habitáculo y un aislamiento acústico muy logrado nos trasladan a un plano superior. Es fácil dejarse embriagar por el tacto refinado de los mandos y la calidad de la piel que recubre el volante, los asientos y muchas otras superficies.
Discreto, elegante y plagado de líneas horizontales, el salpicadero presenta además una instrumentación de fácil lectura. Una gran pantalla táctil multifunción se sitúa sobre la voluminosa consola central, de la que es protagonista el selector circular del cambio automático.


El maletero ofrece unos generosos 575 litros de capacidad, que suben a 1.445 si abatimos los asientos. Además podemos contar con un portón de accionamiento eléctrico y unos raíles de aluminio con ganchos para sujetar la carga. Se ubica bajo el piso una rueda de emergencia de tipo “galleta”, aunque a decir verdad ninguno de los coches que hoy probamos equipa rueda de repuesto de tamaño normal.

Gracias a su agradable diseño y a la calidad de terminación a la que la casa de Ingolstadt nos tiene acostumbrados, el habitáculo del Q3 obtiene una buena puntuación en general; si bien, como veremos, presenta algunas carencias importantes.
El salpicadero, dibujado con líneas sinuosas, destaca por orientar la consola central hacia el conductor. Su mayor virtud está en mostrar la información de manera legible y clara. La ubicación de navegador es perfecta y además su pantalla puede ser plegada (curiosamente, de forma manual). Por contra, los mandos del climatizador quedan demasiado abajo como para accionarlos sin desviar la mirada.
El puesto de conducción es el propio de un SUV al uso, con el conductor situado en una posición elevada que facilita la visibilidad. Lástima que, una vez en marcha, el ruido del motor diésel se haga notar demasiado -sobre todo al ralentí-, algo inusual en una marca como Audi, que suele cuidar de manera especial la insonorización del habitáculo.

Este problema se repite en la fila trasera de asientos, que se queda algo corta en todas sus dimensiones. Los asientos posteriores son estrechos, ofrecen poco espacio para las piernas(el Q3 es el coche con menor distancia entre ejes) y quedan muy elevados. Así pues, las personas de más de 1,80 m de estatura notarán el techo demasiado cerca, tocando con él fácilmente al sentarse en la plaza central -que, como en el Evoque, no es muy aprovechable ni por anchura ni por mullido-. Además, las puertas traseras tampoco conceden espacio como para entrar y salir con mucha facilidad.
El maletero del Q3 es el segundo mejor de este comparativo. Además de una calidad de revestimientos muy buena, presenta un volumen de 460 litros que puede ascender a 1.365 si plegamos los asientos posteriores. Su boca queda un poco alta y se echa en falta una mayor modularidad, pero al menos ofrece ganchos para sujetar la carga y una rueda de emergencia con llanta de acero.

El nuevo Mercedes GLA deriva directamente del Clase A, modelo compacto del que hereda el habitáculo original sin apenas modificaciones. Así pues, nos encontramos con el mismo diseño juvenil para el salpicadero y el mismo nivel de acabados (correcto sin más) que ejemplifican el nuevo rumbo iniciado por la marca para sus clases más pequeñas.
También sufriremos el particular sentido de la ergonomía ya visto en el Clase A, con demasiados botones por todas partes y algunos mandos lejos de nuestro alcance, como por ejemplo los del climatizador. La pantalla multifunción, de tipo tablet, destaca tanto por su utilidad y ubicación como por la manera en la que rompe la armonía visual del conjunto.
Aunque por fin hemos dicho adiós al pedal de freno de estacionamiento (que pasa a ser de accionamiento eléctrico), el mando del cambio automático sigue estando tras volante, justo donde esperaríamos encontrar el mando de los limpiaparabrisas. Estos últimos quedan integrados a la izquierda y en la misma piña que controla los intermitentes, lo que acarreará cierta confusión al conductor que se suba a este coche por primera vez. Y por segunda y tercera también.

No estamos ante un coche especialmente acogedor para sus pasajeros, con unas plazas traseras más bien pequeñas; aunque como la caída del techo no es tan pronunciada como la del Clase A, ganaremos un poco de altura libre. Respecto de aquel, la forma de las puertas mejora el acceso a la fila trasera, pero todavía será fácil dar con la cabeza al entrar.

Si plegamos del todo los asientos dispondremos de hasta 1.235 litros, más aprovechables por superficie que por altura, pues la trasera del coche queda bastante inclinada y la bandeja del maletero se hace difícil de extraer y colocar. A favor, eso sí, contamos con la amplitud de la boca de carga y la apertura eléctrica (opcional) del portón trasero.

El interior del BMW X1 acusa el paso de los años. Aunque el SUV muniqués recibió un discreto restyling en 2012, conserva en esencia el mismo diseño con el que salió al mercado hace ya un lustro. Y eso se nota: el salpicadero es el de un BMW “de siempre”, sobrio y atemporal. Incluso un poquito soso.
Como en el Mercedes GLA, la posición de conducción es prácticamente la de un turismo, aunque en este caso disfrutaremos de una mayor altura al techo y una visibilidad claramente superior. También está mejor conseguido el aislamiento acústico.
Y es que el puesto de conducción del X1 es muy bueno. Para mi gusto, el mejor de todos a la hora de conducir con brío, gracias en parte por haber sabido combinar un volante de grosor y diámetro ideales con unos asientos cómodos y que sujetan bastante bien. Pero lo mejor de todo es que cualquier persona, sea cual sea su estatura, podrá regularlo completamente a su gusto: mientras los asientos eléctricos permiten un ajuste al milímetro, el volante ofrece un rango de profundidad muy amplio. El único fallo está en que los cinturones de seguridad no son regulables, carencia que no debería producirse en un coche de esta categoría.

La distribución de los mandos me ha parecido equilibrada por ubicación y número: todo parece quedar a nuestro alcance y en su sitio. También es correcta la posición del navegador, pero su pantalla tiene una superficie demasiado reducida para los estándares actuales.
El acceso a las plazas traseras se complica por el escaso ángulo de apertura de las puertas y porque los asientos quedan bajos. Una vez sentados, viajaremos a gusto y con sensación de espacio salvo tal vez para las piernas. Pero ojo: el enorme túnel de transmisión se encarga de recordarnos que la plaza central sólo está ahí para una emergencia.

El piso del maletero presenta dos tiras de goma para ayudarnos a sujetar la carga; bajo aquel tenemos un doble fondo en el que tampoco hay rueda de repuesto, ni tan siquiera un kit antipinchazos. Al igual que el Mercedes GLA, el BMW X1 confía su suerte a unos neumáticos Run Flat, con lo que mejor será cruzar los dedos para no sufrir nunca un reventón y quedar abandonados en algún camino perdido.
PRECIO Y EQUIPAMIENTO

Con ese precio, el Range es el más equipado del lote pero sin justificar tanto dinero extra. Lleva faros de xenón (el Mercedes también), asientos eléctricos tapizados en cuero (en el resto se pagan aparte) y llantas de 19 pulgadas por 18 el Mercedes y 17 el Audi y el BMW. El acabado está más cuidado, sí, y lleva el Terrain Response pero ni una cosa ni otra justifican más de 10.000 euros de diferencia.

El BMW, finalmente, es el menos equipado de serie y el único que no puede disponer de los últimos gadgets de seguridad tipo aviso de cambio de carril, lector de señales de tráfico o advertencia de presencia de objetos en movimiento. Range y Q3 ofrecen la suspensión adaptativa por algo más de 1.000 euros (BMW y Mercedes sólo suspensión deportiva a 400 euros) y el asistente de aparcamiento está disponible en todos salvo el X1. También pueden montar todos la cámara de retrovisión (entre 430 y 500 euros) que el Range ofrece completar con la de visión de 360 grados.

Cabe señalar que el Audi y el Mercedes son los que ofrecen más posibilidades de personalización, tanto exterior (cromados, protecciones, colores, llantas, pinturas) como interiores (cueros de diferentes tipos, inserciones decorativas, iluminación ambiental...) y tanto el Range como el Audi pueden ecargarse con el techo contrastado.
De este modo y con cualquiera de ellos puede aumentar la factura hasta límites estratosféricos con hasta 25.000 euros de extras posibles en algunos casos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario